Y hasta que al fin Argentina hizo un juego digno. No vamos a decir que fue un lujo de fútbol ni impuso un ritmo de otro planeta, pero le basto. Fue como el jefe que invita a salir a la secretaria, o sea, paso por caja. Una que otra maniobra les bastaba para tener el arco en frente. Si no es por la nula capacidad de definición del "pipita" Higuaín, el partido hubiese sido una "boleta" de proporciones. Y es que Costa Rica tenía poco que ofrecer, sabía de su inferioridad y contuvo lo que pudo. Aguero tomo un rebote sobre el final del primer tiempo y listo.
En el segundo tiempo, como buena secretaria a la que el jefe le roba el beso, se abrió de patas. Costa Rica lo fue a buscar, y Messi mostró al fin algo de su fútbol. Si bien en el primer tiempo ya había dado tres pases gol, o en la analogía, le había comprado dos tequila margarita, ya en el segundo tiempo se destapó. Jugó de "10" movedizo y monopolizo todas las llegadas al arco de los albicelestes. O sea, Messi se puso tallero, cortejó de lo lindo y dejo la mesa Servida. El Kun, nuevamente, y Di María cerraron el 3-0, tras pases geniales de "la pulga". No sabemos si Argentina nos engaño, como lo hace el jefe con la secretaria, y sólo fue una cita de una noche, pero lo que si es seguro, es que valió la pena haber entrado a ese motel, porque Argentina, como el jefe, cuando juegan, juegan!
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